1896 Nació en Benaguasil (Valencia-España), el 12 de noviembre
1921 Ordenación sacerdotal.
1922 Superior del Colegio Mayor del Beato San Juan de Ribera, de Burjasot (Valencia).
1924 Miembro del Consejo de la Asociación de Escuelas Católicas para Niñas.
1925 Propone al Arzobispo de Valencia la fundación de la Juventud Femenina de Acción Católica.
1934 Aprobación de la Sociedad del Amor Cristiano (sociedad civil).
1939 Profesora de religión en el Instituto de la Mujer San Vicente Ferrer de Valencia.
1940 Aprobación de la Pía Unión de Amor Cristiano.
Director Espiritual del Colegio Corpus Christi.
1944 Catedrático de Teología Moral en el Seminario.
1956 Penitenciario de la S.I. Catedral de Valencia.
1964 Aprobación Diocesana del Instituto Secular Obreras de la Cruz.
1971 Aprobación pontificia del Instituto Secular Obreras de la Cruz.
1972 Inició la rama de miembros cooperantes.
1975 Falleció en Moncada (Valencia-España) el 16 de abril
1990 Inicio del Proceso de su Canonización.
2016 Declaración de Venerable, el 14 junio.
– Promoción del laicado cristiano, especialmente de la mujer. Fue pionero en su época, impulsando el compromiso apostólico de la mujer en la Iglesia y en el mundo.
– Evangelización de la gente sencilla y trabajadora. No permaneció pasivo viendo cómo la masa obrera se alejaba de Dios y de la Iglesia y, junto con las jóvenes que iban incorporándose al Instituto que fundó, fue impulsando la promoción y evangelización de las clases humildes, especialmente de la mujer. Con su palabra y testimonio, defendió el valor y la dignidad del trabajo manual.
– Revitalización de la vida cristiana a través de los Ejercicios espirituales, Retiros, Acompañamiento espiritual, administración del Sacramento de la Reconciliación y de la formación moral como Catedrático de Teología Moral en el Seminario Metropolitano de Valencia.
Don Vicente pretendía “hacer evangelio”, sembrar a Cristo en las almas, y fue descubriendo que, para ser eficaces en el apostolado, era necesaria la presencia de mujeres consagradas totalmente a Dios en el mundo, compartiendo la vida cotidiana con la gente. En 1934 fue surgiendo un carisma nuevo en la Iglesia — la secularidad consagrada — que después, en 1947, aprobó el Papa Pío XII con la constitución apostólica Provida Mater Ecclesia.
Fiel a las mociones del Espíritu, promovió en las Obreras de la Cruz un estilo de vida centrado en Dios, profundo y sencillo, contemplativo y marcadamente misionero, animándoles a ejercer el apostolado en cualquier lugar: en el trabajo, en el ámbito familiar, en las relaciones sociales; en las obras apostólicas del Instituto (colegios, proyectos sociales, casas de espiritualidad y acogida de peregrinos), en países de misión; y en las comunidades de la Iglesia. Entendía que cualquier situación era oportuna para “transformar el mundo mediante el Evangelio”.
Como fruto de “última hora”, en 1973, dos años antes de sum partida al cielo, Don Vicente fundó los Miembros Cooperadores del Instituto: mujeres y varones, sacerdotes, jóvenes y mayores, casados y solteros, que deseaban vivir la espiritualidad del Instituto y colaborar en su misión.
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